"ME ASUMÍ SUMISA DESDE LOS DOCE AÑOS TRAS UN SECUESTRO"

DSCF2637.JPGAuri es una estudiante universitaria que desde muy pequeña tenía su cabeza llena de fantasías sexuales. "Desde los seis años empecé a sentir cosas que dije qué onda conmigo", cuenta. Su libido se desarrolló de una manera distinta cuando fue secuestrada por un grupo de hombres desconocidos. Tras estar atada durante varios días, ella afirma que sintió algo que la llevó a la excitación.

Tiempo después, un novio la invitó a experimentar con el bondage -esa práctica sexual que involucra el amarre de la pareja y su total sometimiento- y le encantó.
DSCF2617.JPG“¿Qué siento al hacerlo? Me siento llena. Una relación con alguien ‘vainilla’ -como le decimos a alguien que practica el sexo de una manera normal-  no  me llena, nunca me ha llenado”.
DSCF2592.JPG"A mí me gusta experimentar un poco. Es complicado ser sumiso porque tienes que darle el control total a tu dominante". 
"Con las ataduras el cuerpo se pone muy tenso. Hay que tener un aftercare, cuidar a la sumisa, mimarla, ayudarla a que su cuerpo vuelva".
"Estamos para servir al dominante. Nuestro placer es el dominante, si el dominante la está gozando, yo feliz y encantada. Mi placer es el de él".

"El bondage o las ataduras también tiene su chiste porque hay puntos donde no puedes atar y puedes quedar inválido por una mala atadura.Son cosas muy complicadas de hacer y además de mucho riesgo. También practico la asfixia: una cosita que salga mal, pues ahí quedé".