En su juventud estudió con Martha Graham, icono de la danza moderna y considerada por la revista Time como la Bailarina del Siglo.
El folklore urbano de Argentina atrajo a Ana María y ella decidió mezclar su preparación académica con la música popular.
“Fui directora de danza moderna, directora del Ballet de San Martín. Originariamente fui bailarina de danza contemporánea pero siempre veía muchos ballets de tango porque me gustaban mucho y a los 40 años empecé a fusionarlos por puro gusto”
Un placer de combinar diferentes estilos que caracteriza las presentaciones de Tangokinesis quienes bien pueden bailar desde un tango hasta danzón, mambo, e incluso hipnotizar con una interpretación del “bolero” de Ravel.
Para la coreógrafa argentina el tango es una danza de fina unión.
“Después de mucho tiempo, a través de la historia del baile, en el vals, el Charleston y el rock, la mujer se va separando. El tango vuelve a unir al hombre y la mujer. Vuelve a traer el abrazo.”
Un abrazo que se hace necesario en la situación que viven nuestras sociedades.
“Toda Latinoamérica tiene un conflicto constante. Tiene dictaduras, devaluaciones y desorden al mismo tiempo. Aquí en México sé que no están bien, pero nosotros en Argentina tampoco estamos bien.”
Ana María Stekelman, que ve a Latinoamérica como un país grande con distintas etnias, afirma que lo importante es unir lazos, ser tolerantes y tomar lo mejor de cada región.
"Por ahí nosotros no nos llevamos muy bien con Brasil pero a mí me encanta la música brasileña. Me gusta también el bolero mexicano, que México se lo apropió a su vez de un cubano: Pérez Prado."
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“Arriba el abrazo, abajo el acomplamiento de las piernas: un trabajo de filigrana.” |